Hace unos meses, escribí un post describiendo el camino que me hizo postular a la maestría que estoy estudiando ahora. Al final mencioné que la lección más importante que me llevo del proceso es que no me aceptaron por mi experiencia; me aceptaron por ser nodo en una red solidaria de gente brillante y generosa que estuvo dispuesta a invertir mucho en mi postulación. Sigo pensando eso.
Pero también es cierto que las dos rondas de postulaciones que hice, así como la convivencia con personas en situaciones similares, me dejaron mil lecciones más que me han hecho mirar un poco con escepticismo a las personas que van por la vida diciéndole sin más a la gente que debe plantearse la posibilidad de estudiar en el extranjero. Sin más, de verdad; así lo viví yo desde la universidad.
Bueno: no puedo emitir juicios fuertes sobre los procedimientos de movilidad social, pero siento que necesitas más que saber que hay un mundo de estudios fuera de tu país para postular. En mi caso, necesité la historia que describí en el post anterior. Creo que me habría ayudado más el saber cosas más pragmáticas, y es por eso que escribo este post.
Ahora: en mi proceso personal, hubo cosas que sí supe desde antes: tienes que tener una idea del mundo de posibilidades que podrían interesarte (o sea: qué programas/esquemas hay, porque esto aplica también para fellowships y cosas más allá de programas académicos) y después tienes que jerarquizar los elementos de esa idea según tus intereses (o sea: saber cuál es tu opción favorita, cuáles te dan igual).
Cuando yo estaba terminando la licenciatura, alguien me sentó y me explicó que, cuando escogiera programa, debía pasar tiempo entendiendo bien sus elementos. Saber quién tomaba las decisiones de admisiones. Encontrar a mi asesorx ideal, leer todos sus libros y entablar una conversación. Hacerle preguntas inteligentes. También por esas fechas leí este post de una de las académicas que más han influido en mi visión de mis intereses y me fue sumamente útil.
Ese fue mi punto de partida. Después sólo hubo cosas obvias para algunxs, pero que para mí significaron Caos y Destrucción:
Calendarizar
La primera cosa es la importancia de calendarizar el proceso entero. O sea: no tratar de hacerlo parte por parte con la esperanza de no cagarla masivamente con una de las fechas por no haber puesto atención al inicio.
Y pues yo sí la cagué masivamente. Sabía que tenía que mandar resultados del examen de idioma el 15 de enero, por lo que tenía que tomarlo en diciembre. Junto con el resto de lxs conciudadanxs que estaban en mi situación. Y pues nada, a mí se me fue el tren: me acordé hasta diciembre y, con tal de tener el documento, pagué un viaje a Torreón para hacer el examen.
(A mí no me pasó, pero sé de bastantes personas que tenían intención de estudiar en Reino Unido, pero a las que se les fue la convocatoria de las becas Chevening).
Con calendario en mano, supongo que el siguiente paso estratégico es administrar tus energías… cosa que yo tampoco hice el primer año. Básicamente pasé los primeros meses corriendo en círculos “preparándome” (apanicándome) para el GRE, un examen infernal que tienes que hacer si quieres estudiar en Estados Unidos. Fue hasta que hice el examen en diciembre que superé el bloqueo mental y empecé a hacer las otras cosas… para mi postulación en enero.
No lo haga, compa.
(Tomada de studyprof.com)
Que el dulce bebé Jesús te proteja de las pruebas estandarizadas
Pero hablemos de la verdadera pesadilla que son el GRE y otros exámenes estandarizados que piden en ciertos programas. Esto es lo que aprendí:
* Hay gente que, con tal de evitar ese suplicio, decide sólo postular fuera de Estados Unidos. Empatía total.
* Si no puedes irte por la libre, es importante saber cómo le ha ido a gente del programa al que postulas. Todo mundo me decía que, como postulaba a MIT, necesitaba una super nota de matemáticas. Pero pues ni al caso… mi programa es de medios de comunicación. Al final, mi pésima nota de mate se balanceó con mis notas bastante buenas en razonamiento verbal y escritura.
* Los dos mejores consejos que recibí: hacer mock tests todo el tiempo (gracias, Olga) y llevar comida y suéter al centro donde haces el examen porque es una jornada eterna e intensa (gracias, Gabriela).
*Hay una gran industria alrededor de este tema. Todo mundo vende cursos, manuales, y todo (incluyendo el examen) es carísimo. Tal vez pagar un curso me habría dado más paz mental, pero también me fue posible sacar la nota que yo necesitaba sin pagar un peso extra.
(de Rich Cats of Instagram)
Ahorra para postular
Postular a todas estas cosas es carísimo. Cosas en las que gasté:
* GRE (como 200 dólares – yo no compré manuales, apps, cursos, nada de eso, pero son caros si sí lo haces… y recuerda que tiene vigencia)
* IELTS (como 3000 pesos – más mi burrada de tener que ir a Torreón, que me costó como 5 mil pesos más. Su vigencia, aparte, es de dos años)
* Application fees. El primer año, pagué 75 dólares de la postulación a MIT; el segundo, 75 dólares de MIT, y 3 pagos a universidades en Reino Unido (ya no recuerdo exactamente cuánto era en cada una, pero alrededor de 60 libras). Conozco a gente que ha postulado a 12 programas a la vez…
* …Todos mis procesos fueron online, pero gente de esas 12 postulaciones tuvo que mandar todo por paquetería a otros países…
* Yo no lo tuve que hacer, pero hay programas que piden que tus traducciones sean de traductor certificado (aguas: si te dejan enviar cosas traducidas caseramente con sello de tu universidad, como fue mi caso, hazlo con tiempo para que no tengas que gastar de más)
* Yo no lo tuve que hacer, pero hay quien tiene que gastar en ir a una conferencia o al campus donde quiere estudiar para entablar conversación con la gente del programa.
En total, sólo en postulaciones, se me fueron entre 16 y 18 mil pesos. Básicamente se me fueron más de dos salarios mensuales enteros en eso.
(No sé de dónde me la robé, pero así se ven mis notas…)
El universo de los documentos escritos
Aquí, señoras y señores, está el verdadero terreno de todos los programas a los que yo postulé. El IELTS y el GRE eran un trámite, pero la carta de postulación, el “academic sample”, el portafolio, el CV y las cartas de recomendación que te dan la bendición son lo que influye más.
Hay miles de recursos que hablan sobre estos documentos y sería imposible compartir recetas acá, pero acá están los puntos que me parecen más útiles – especialmente los que habría querido saber antes.
Carta de postulación
* Creo que, a la hora de calendarizar todo lo que debes hacer, una de las primeras tareas debe ser escribir un primer borrador de la carta de postulación. Es un documento que debe madurar mucho, recibir mucha retroalimentación; entre más antes comiences, mejor.
* Para mí, escribir la carta fue un proceso súper difícil pero poderoso que realmente me permitió articular mis intereses y los siguientes pasos que debía tomar independientemente de si me aceptaban o no. Mi vida dio un giro después de la primera carta, pues. Pero no puedes permitir que esto te ciegue y pierdas el foco de lo importante: responder a la pregunta “por qué quiero estar en el programa y por qué me debes aceptar” (que, por cierto, jamás se responde diciendo que es porque eres Don o Doña Chinguetas).
* No puedes enviar la misma carta para todo porque justo es en la carta que se nota si sabes de qué va el programa/esquema, si eres buenx candidatx para él, y porque probablemente hasta los requisitos de longitud son distintos. Si, como yo, tienes que postular más de una vez, claramente debes aprovechar el proceso de maduración que tuviste y hacer cambios. En mi caso particular, la maduración fue visible en la medida en que pude acotar mis intereses de investigación y trazar una línea de pensamiento más clara.
* Me habría gustado poder leer más cartas de postulación de mis compañerxs y de gente que había pasado por esos programas antes, en realidad. Creo que son cosas que mantenemos secretas. Hace unos años, Estefanía Vela compartió la carta con la que la aceptaron en la maestría en derecho en Yale. Me pareció sumamente bella e inspiradora para mi propio proceso, y es por eso que decidí “abrir” tres de mis cartas (la primera con la que postulé en 2015 y que creó el gran giro en mi vida; la segunda con la que postulé al programa en el que estoy ahora en 2016, después de ese proceso de maduración; y la carta con la que postulé a un programa en Reino Unido en 2016), con algunas notas comparativas, para quien pueda beneficiarse de alguna manera.
Academic sample
* Haz *un* trabajo bueno que pueda ser relevante en esto para que no tengas que sufrir como yo. Jaja. Para la primera ronda, hice un ensayo sobre pase de lista online y construcción de memoria, pero fue a la carrera y medio mal hecho. Para la segunda, aproveché el documento de una investigación para la que me contrataron.
*Pide consejo a académicxs. Son sabixs y conocen las reglas del juego.
CV
* En la medida de lo posible, trata de hacer cosas que ayuden en tu CV para el programa en particular al que postulas. Las principales diferencias en mi CV entre la postulación 1 y 2, aunque no sé si en algo incidieron en mi aceptación: en el año 2, ya había trabajado para la ONU, ya había mandado un artículo académico a una publicación arbitrada y hablaba un idioma más. Si hubiera estado muy desesperada, habría aumentado una habilidad técnica (en áreas de programación o datos).
* Ajusta el formato de tu CV al formato estándar del país al que lo mandas. Conozco a gente que mandó su CV de 5 cuartillas, aún aceptable en México, a países donde la gente deja de leer después de la cuartilla 1.5.
Portafolio
* En mi programa te dejan mandar un portafolio, y, a pesar de no ser programadora o diseñadora, decidí construir uno https://mariel.atavist.com/portfolio en el que pudiera plasmar la variedad de cosas que he hecho (porque no eran visibles en mi CV o en mi carta). Saqué la “carnita” para este portafolio de la matriz de proyectos que hice para mi primera carta de postulación (describí ese proceso en el enlace con la carta que está en esa sección).
En general, todos los documentos (que dependen de ti)
* Pide a todo mundo que te lea. O al menos a todo el mundo que conozcas que entienda el funcionamiento del programa, la disciplina o la universidad.
* Pídele a alguien que te haga corrección de estilo, independientemente de si escribes en tu lengua materna o no.
* Déjalos madurar, en la medida de lo posible. No mandes la primera versión.
Cartas de recomendación
* Esto es intuitivo para todo mundo menos, obviamente, para mí: pídelas con anticipación.
* Tienes que ser estratégicx al seguir las reglas del juego y usar la oportunidad a tu favor. Piensa en qué opiniones pesan más en este programa (¿Son las académicas y, si sí, de quiénes? ¿Son las que vienen de instituciones públicas?) y quién está dispuestx a darte qué.
* Sé agradecidx. En las dos rondas de postulación, varias personas muy ocupadas dedicaron horas, realmente horas de su día a escribirme cartas personalizadas. No todxs me dejaron leerlas, pero algunxs me la mandaron para que las pudiera leer yo también, y hay cartas que hasta la fecha me hacen llorar aún. Agradéceles a ellxs, y al universo de solidaridad agradécele escribiendo cartas meticulosas y ponderadas a quien te las pida.
La tecnología apesta: no dejes las cosas para el último día
Esto ya lo sabemos en Absolutamente Todas Las Esferas De La Vida, pero obvio yo pasé una noche en vela hasta que dieran las 10 am en Reino Unido y pudiera preguntar qué procedía al haber problemas con el sistema de pago de postulaciones. Era la fecha límite si querías ser contempladx para la beca.
(También me la robé de algún lado)
Ahorra (dinero y energías) para el momento en que te rechacen o te acepten
No hay algo que alguien pueda decir que pueda serte útil para enfrentar el rechazo del programa de tus sueños. Yo pasé un mes llorando, pensé que nunca más lo intentaría, y el sufrimiento general que viví en el verano de 2015 me sirvió para investigar otras opciones. Lo único útil que puedo decir es que, como en el amor, nadie se muere porque fue rechazadx. La vida sigue (en realidad, tuve un gran año de crecimiento) y se puede ser feliz. Tal vez te acepten la próxima vez (así fue mi caso), o tal vez cambies de camino.
Hablábamos de becas… Si crees que gastaste un montón sólo en *postular*, prepárate: una vez que te aceptan viene lo bueno. Aunque te vayas con beca completa y gastos cubiertos, como muy afortunadamente ha sido mi caso (mi más profundo respeto y solidaridad hacia quien se rifa a cazar programa y becas por separado), es en este momento que el mundo espera que empieces a lanzar billetes verdes en todas direcciones.
Hoyos negros que siguieron desapareciendo mis salarios mensuales en segundos:
* Visa. 160 dólares para postular, 200 dólares de SEVIS (la base de datos donde te registra la universidad para que puedas postular).
* El proceso interno de tu institución mediante el cual demuestras que tienes suficientes fondos, personales o institucionales, para solventar los gastos. Yo creí que con la bendición de financiamiento que me tocó, esto sería fácil, pero oh sorpresa: había una brecha entre lo que el Instituto estima que cuesta un año acá y lo que mi programa paga. Y, para darme de alta en el SEVIS, yo tenía que demostrar que podía pagar esa brecha. Con estados de cuenta con traducción certificada. En un año de explosión del valor del dólar contra el peso mexicano. 🙂 🙂 🙂 🙂 🙂 🙂
* El vuelo, mijitxs. A menos de que planeen irse caminando con sus chivas…
Hoyos negros que desaparecieron el dinero de otrxs compas:
* Los costos de postulación a ciertas becas, otra vez
* El seguro médico. Especialmente si es en Estados Unidos. Que el dulce bebé Jesús lxs proteja.
* Los costos de mudanza. Para alguien con mi vida minimalista, lo que permitía la aerolínea era suficiente, pero conozco gente que tuvo que pagar otros servicios.
Aparte del dinero, para mí la gran inversión fue de tiempo y energía para cerrar mis procesos en México y empezar en Estados Unidos. Tuve suerte de haber vivido (temporalmente) antes en Boston y, gracias a eso, conocer la zona y tener una red de apoyo. Mi total respeto y solidaridad a quienes se rifan y empiezan desde cero.
Tuve una ventana de seis meses entre mi aceptación y el inicio de mi programa. Estaba trabajando como consultora independiente, y decidí bajar el ritmo dos meses antes, y parar la chamba un mes antes, para poder hacer transición de la manera en que quería.
Saber en qué consiste “cerrar el changarro y jalar para otro lado”.
Obviamente, esto depende totalmente de cada persona. Acá comparto la visión que yo tenía inicialmente… todo lo que obvio no logré está tachado.
* Irme de México con una maleta documentada, un carry on, una mochila pequeña, y dejar una caja pequeña de cosas en casa de mi mamá y ya. (La caja resultó ser más grande de lo que quería, y terminé cargando una bolsa más de lo que inicialmente planeaba)
* Conseguir una renta compartida cerca de MIT a buen precio en Craigslist/MIT off campus housing/Facebook. (Alerta: esto requirió 2 semanas de chamba de tiempo completo. Mandé 30 emails; por milagro, mi actual rumi me respondió. La mayoría de la gente tuvo que pagarle a alguien de bienes raíces.)
* Ir al médico y al dentista en México para no turboendeudarme en EEUU.
* Ir a la estética y a todos los servicios de belleza en México para no gastar de más en EEUU el primer mes.
* Asegurarme de que todas las cosas que dejaría atrás llegaran a las manos correctas, o fueran recicladas. (Abrí este documento y fue una manera eficiente para lograrlo) https://docs.google.com/document/d/1hsdhMltzXQThbej7IFICyAvJw7e9rLRCoTniSpoiIfw/edit#
* Hacer todas las cosas burocráticas bien, a tiempo, sin enojarme. (Todo fue super en friega y creo que escupí el hígado al menos cinco veces.)
* Cerrar procesos: encontrar manos nuevas para los proyectos que más me importaban, asegurar transiciones exitosas, dejar morir los que no y activamente sacarme las espinas de relaciones pasadas que me venían pesando los últimos años. (Creo fue lo más importante de todo. Aprovechen estas oportunidades, gente.)
* Pasar tiempo haciendo cosas chidas en mi ciudad con mi gente. (Cero tiempo para turistear con la locura final).
* Comer sano, porque no sabía cómo iba a ser mi rutina alimentaria en EEUU. (Me la pasé comiendo sopa de tortilla, chilaquiles y papitas enchiladas. No me arrepiento.)
* Escribir este post antes de volar.
* Irme de México con energía, sin estar corriendo al último minuto como siempre acostumbro para los viajes. (Cerré mi maleta un minuto antes de irme al aeropuerto, como siempre, y las últimas dos semanas fueron una locura, como pinches siempre.)
* Llegar con antelación para disfrutar la vida cultural de Boston antes de empezar el semestre. (Llegué con antelación pero estaba MUY muerta.)
* Llegar con antelación a EEUU para comprar las cosas para el nuevo hogar, ropa de invierno y actualizar mis electrónicos antes de empezar el semestre. (Cero energías. Subestimé también el grado de desorientación con el que iba a llegar.)
* Ir a NY antes de empezar el semestre para ver a lxs compas. (Seguía MUY muerta.)
No me parece una visión tan descabellada pero, como verán, no logré hacer buena parte de las cosas que me había planteado. Y eso que dejé de aceptar consultorías y chambas unas semanas antes. Mi más profundo respeto y solidaridad hacia quienes se rifan de hecho trabajando hasta su último día en el país.
OK. Ya no dejaré que este post siga haciéndose eterno. La idea era compartir las cosas que me habría gustado saber antes de todo esto. ¿Habría hecho las cosas distinto, de haber sabido? Algunas cosas, definitivamente sí. Otras, quién sabe. Pero, ciertamente, el trabajo emocional de lidiar con la incertidumbre de enfrentarte ante lo que no conoces es muy pesado. Es crecer, algunos dirán, pero yo no creo que sea estrictamente necesario que quienes quieran andar este camino deban sufrir de la misma manera para lograrlo.
Empecé clases hace un mes y, desde entonces, he tenido más reflexiones. Cómo es vivir otra vez con sueldo de estudiante internacional después de 4 años de independencia financiera en un país en vías de desarrollo; cómo es navegar los cambios de status con quienes antes eran colegas y ahora te ven como “sólo una estudiante”, o con quienes antes eran compas y ahora te ven como “la que logró entrar con beca completa a una Ivy League”.
Sigo tratando de escucharme, registrar esas reflexiones. Si algo útil sale para el final de este semestre, o del primer año de la maestría, acá estaré compartiendo.
De cualquier manera: escribí este post para condensar todo lo que quiero decirles a mis amigxs atravesando procesos similares y que me han preguntado cosas o pedido ayuda. Si sientes que hay algo que no cubrí acá y con lo que te puedo ayudar, contáctame, y con gusto te responderé. Y si este post te ayuda en tu proceso, por favor haz el esfuerzo de compartir tus lecciones con tu gente también: después de todo, somos nodos en una red solidaria de gente brillante y generosa que estuvo dispuesta a invertir mucho en nuestras postulaciones, y debemos nosotrxs invertir mucho en las de lxs que siguen.
Hola Mariel García-Montes
He leido tu post titulado “Lo que nadie me dijo antes de postular a un posgrado en otro país”
que piblicaste el 3 de Octubre de 2016. Puedo decir que me encanto la forma en que la redactaste, se nota que eres una mujer muy inteligente pero sobre todo sincera y humilde.
Mi nombre es Abner Isaac, soy de el estado de Nayarit y quiero aplicar a una Maestria en EUA por medio de CONACYT. Algo que quisiera preguntarte es:
-Tu tambien aplicaste por medio de CONACYT?
-Si es asi, has tenido que gastar aun mas de tus ahorros o la beca lo cubrio todo?
-Por ultimo, Cual es tu nivel de Ingles si lo comparas con el TOEFL?
Agradeceria muchisimo tu respuesta ya que estoy solo en esto y empezando a vivir el infierno de todo este proceso de aceptacion con la esperanza de encontrar una pequeña luz en el proceso.