En el post previo, hablé sobre algunas cosas dichas en la ONU antes de la publicación del reporte que inspiró esta serie de posts. Dije que se había aceptado una relación entre acceso a Internet y desarrollo, pero que una entre Internet y derechos humanos no había sido tratada explícitamente todavía.
El tema de derechos humanos es, por razones obvias, uno que se discute en todas las organizaciones que conforman la ONU. Sin embargo, la mejor fuente de discusiones formales sobre el tema es el Consejo de Derechos Humanos.
Cuando vemos lo que se ha dicho sobre el Internet en el CDH, podemos fácilmente ver la posición que éste adopta ante el dilema que expliqué en el primer post. El CDH no ve el Internet como algo de verdad tan nuevo que necesite ser discutido en principio; más bien lo discute en su relación con derechos existentes.
De hecho, lo discute conforme se relaciona con un derecho específico. Aunque muchos de nosotros relacionaríamos el acceso a Internet con el derecho a la educación, este tema es más bien tratado en la discusión sobre el derecho/libertad de opinión y expresión.
Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Ahora, el propósito de este post no es analizar este derecho exhaustivamente, pero sí tenemos que considerar algo importante: este derecho se ha derivado en lo que llamamos “derecho/libertad de información”, el cual nos permite concebir la libertad de expresión como algo que se da en dos dimensiones: una que permite a los individuos ser fuentes de información, y una que les permite recibirla.
¿Por qué es tan importante un hecho tan obvio? Porque es gracias a su aceptación que podemos ver que la censura por parte de Estado no sólo se da cuando se cubre las bocas de unos para que no hablen, sino también cuando se cubre los ojos y oídos de otros para que los primeros no sean escuchados.
Esto (por fin) nos lleva al informe. Fue escrito por el guatemalteco Frank La Rue, un hombre que ha dedicado muchos años a la lucha por los derechos humanos (especializándose en el ámbito legal), y que ahora trabaja voluntariamente (es decir, sin el apoyo de los impuestos que pagas) como Relator para el CDH en el campo de la promoción y protección de la libertad de opinión y expresión.
En este reporte, La Rue da razones por las cuales piensa que el Internet sobresale cuando se le compara con otros medios: la extensión de su uso no tiene precedentes en la vida humana; su potencial de interactividad, que le da valor especialmente en sociedades en las que no existen medios independientes; su velocidad alta, costo bajo relativo y capacidad ilimitada de transmisión (a comparación del radio, por ejemplo); su posibilidad de participación anónima. Todas éstas le dan el potencial de movilización a favor de los derechos humanos que antes sólo había sido visto en medios de comunicación masiva.
La Rue aprovecha la oportunidad para mostrarse a favor de la promoción del acceso universal al Internet en la recomendación que hace:
“Al Relator Especial le preocupa, por lo tanto, que sin acceso al Internet, (…) los grupos marginados y los países en vías de desarrollo permanecen atrapados en una situación de desventaja, y así perpetuando la desigualdad dentro de y entre Estados. Como ya ha dicho, para resolver las situaciones de desigualdad es crítico asegurarse de que las secciones en desventaja de la sociedad puedan expresar sus quejas efectivamente y que sus voces sean escuchadas. El Internet ofrece un medio clave a través del cual estos grupos pueden obtener información, afirmar sus derechos y participar en debates públicos sobre los cambios sociales, ecónomicos y políticos para mejorar su situación.”
Sin embargo, la contribución más importante que hace no es en este sentido, sino en el de la discusión sobre el acceso a Internet como un medio para la libertad de opinión y expresión. A lo largo del reporte, analiza ciertas conductas vistas en acciones gubernamentales que pueden ser vistas como violaciones a este derecho.
Entre estas conductas, él menciona las siguientes (algunas de manera sorprendente, y otras tal vez esperadas): bloqueo o filtración voluntarios de la información (a nivel gubernamental; recuerden que estamos hablando de acciones gubernamentales); la criminalización de expresión legítima que se hace en línea (como la detención de blogueros por “terrorismo”); la imposición a terceros de responsabilidad por el contenido (les bajamos el sitio si sus usuarios postean x); el uso de la prohibición de acceso a Internet para castigar cosas como violaciones a los derechos de autor; ciberataques (a nivel gubernamental, de nuevo); y el no implementar legislación sobre la seguridad de la información.
Muchos pensarán que esto no es emocionante después del prospecto del ‘Internet declarado derecho humano’, pero es de hecho un asunto muy importante. Durante mucho tiempo, ha habido una brecha entre libertad de expresión y el uso de Internet. ¿Podrían países como Francia y EU ser consistentes con sus ideales de libertad de expresión y al mismo tiempo presionar a proveedores de Internet, o prohibirle acceso en el futuro a los piratas de Napster para enseñarles a jugar limpio? Algunos dijeron que sí. Este reporte indica que no.
‘El marco del derecho internacional sobre derechos humanos sigue siendo relevante el día de hoy y es igualmente aplicable a las nuevas tecnologías de comunicación, como el Internet”, agrega La Rue. Ésta es una gran contribución.
Así que no – no pueden suspender sus pagos de Infinitum, ni demandar a los jefes de gobierno por no poner wifi gratuita en los parques (simplemente múdense a Ginebra). Pero pueden seguir surfeando la web con la tranquilizadora certeza de que el Artículo 19 los protege, porque sí: los autores de la Declaración anticiparon desarrollos en las tecnologías de medios que eventualmente podrían ser tan grandes como lo es el Internet el día de hoy.