Si pudieras tener una conversación con la persona que eras hace diez años, ¿qué le dirías?
Esta pregunta me ha estado persiguiendo desde diciembre de 2014, cuando un querido profesor me invitó a dar una charla sobre activismo y tecnología –el tema que trabajo hoy– a los y las estudiantes de la escuela en que estudié. Acepté porque amo hablar de activismo… y porque charlas así me hicieron reflexionar mucho a esa edad.
Hace unos diez años, yo tenía casi 15 y estudiaba en esa escuela cuando un evento que parecería ajeno a mí me cambió la vida: el tsunami del Océano Índico en diciembre de 2004. Siendo de México, ése estuvo lejos de ser mi primer encuentro con la pérdida. Lo que lo hizo diferente es que yo posteaba en La Juventud Opina, donde mis amigos de Asia abrieron tópicos para ver cómo podíamos ayudar. Por primera vez, sentí que debía y podía hacer algo.
Desde entonces supe que quería trabajar para el cambio social.
Lo que no sabía: cómo era ese camino y cuál debía ser el primer paso. ¿Debía estudiar derecho? ¿Debía dejar todo y trabajar con niños en situación de calle? ¿Debía llegar a la ONU?
Saber qué quieres pero no cómo puedes conseguirlo es una de las experiencias más frustrantes que se puede tener, y muchas de mis memorias emocionales tienen que ver con ella. Me dio una cantidad infinita de dolores de cabeza, y unas cuantas inseguridades que me tomó muchos años superar.
Así que, si pudiera hablar con mi yo de 15 años, buscaría decirle algo que la ayudara a poner esa frustración en contexto. Y es así que encontré las tres reflexiones que buscaré compartir con los estudiantes de mi escuela:
1.Dedica tiempo al análisis de tus intereses y fortalezas, y nunca dejes de hacerlo – te sorprenderás al reconocer cosas nuevas en ti que serán útiles para seguir trazando el camino.
2. Eres porque somos. Para llegar a tu meta, tu esfuerzo personal no será suficiente. Necesitarás ayuda de otros que te presentarán a nuevos contactos, ideas. Agradece todo lo que recibas, y compártelo con otros.
3. Los sueños sí se cumplen. Diez años después, puedo decir finalmente que paso la mayor parte de mi tiempo haciendo lo que siempre quise hacer: promover el cambio social. No fue rápido, ni fácil, pero aquí estoy.
¿Qué le dirías a tu yo diez años menor? ¿Alguien de 35 años que lea esto? : )