Club Digital: por si ser geek y emprendedor es chido

Ayer, el lunes 24 de septiembre, fue el debut de una iniciativa que a esta joven mexicana y fan de los media literacy programs le llega al corazón: Club Digital, una comunidad virtual y presencial para jóvenes, hecha con el fin de que éstos tengan oportunidades para aprender sobre el desarrollo de tecnologías y emprendimiento.

Aunque los eventos de lanzamiento no hacen justicia a todas las horas y caras involucradas en la realización de un proyecto, considero que sí hablan sobre la imagen que los jefes quieren que el hijo proyecte. En el caso de Club Digital, hubo discursos a cargo de videos de Vint Cerf y Dionisio Pérez Jácome… Pero, el verdadero meollo, a mi juicio, se encontró en los discursos de Cristóbal Cobo y Mónica Aspe, Coordinadora de la Sociedad de la Información y el Conocimiento en SCT.

De esta presentación, hay cosas que me encantan. Me encanta que Cristóbal haya hecho énfasis en el valor de la colaboración para la comunidad geek que se busca promover, y recalcado en la falta de diversidad que hay que combatir en la misma. Me encanta que Mónica Aspe defendiera Club Digital como una iniciativa para reducir la brecha digital mediante la incorporación de más personas a la Sociedad de la Información; como una apuesta por el acceso igualitario a contenidos que enriquezcan la vida de los usuarios.

Pero también hay cosas que no me gustan, y que me hacen temer por el éxito de Club Digital, sobre todo en una época en la que hemos visto mundialmente que las iniciativas tecnológicas no rinden frutos nada más porque tienen las palabras mágicas, y una de transición gubernamental en México. Tech lover o no, no me gusta la glorificación de lo geek ni del emprendimiento. No es la respuesta para todas las juventudes mexicanas. Soy fan de @licuende, pero no me parece que se le deba decir a los chicos de 15 años que deben ser como él; me parece que la perspectiva de la glorificación vs la perspectiva del apoyo al acceso a estas oportunidades para los jóvenes interesados en el tema llevan a caminos distintos. Pero, sobre todo, no me gusta que el énfasis se haga mucho más en la plataforma virtual que en la plataforma presencial.

Y es que ése es el problema de las iniciativas tecnológicas: la infraestructura requiere tantos recursos que, en la mayoría de los casos, se descuida la parte de construcción de una comunidad que la utilice. Es imposible hablar del éxito que tendrá un proyecto a partir del análisis de un sitio web (vamos, ni los psicólogos del HCI se atreven a hacer esos juicios).

Puestos los dos lados del panorama,  me queda concluir que estoy feliz de que se haga este esfuerzo. Como joven mexicana bilingüe, siempre que entro a una página como NutritionData, a una página de Wikipedia que está mejor en inglés que en español, a un tutorial… me pregunto cuántos son los jóvenes iguales que yo, pero sin saber inglés, que se beneficiarían de estos contenidos. Cualquier iniciativa de creación de contenidos en español tiene mi voto. Y es por eso que pido a las personas que están detrás de Club Digital, especialmente a Mónica Aspe, que velen en esta época de transición por su verdadero desarrollo en las distintas comunidades del país.

Espero Club Digital dé el apoyo que muchos jóvenes buscan para aprender más sobre tecnología y emprendimiento, verdaderamente participar de la Sociedad de la Información; pero, sobre todo, que en esta misma plataforma encuentren alicientes para incluir en este camino también a sus compañeros menos geeks, menos emprendedores… pero, finalmente, también ciudadanos del mundo.